Una colección de características clínicas y parámetros de laboratorio sugestivos de un trastorno alimentario grave que puede requerir manejo hospitalario. Incluye un IMC muy bajo (< 15 kg/m2), pérdida de peso rápida, signos vitales inestables, anomalías metabólicas, ECG anormal y rechazo agudo a comer o atracones y/o purgas incontroladas.