Una dieta rica en vegetales, frutas, legumbres, cereales integrales y fuentes de grasas insaturadas (por ejemplo, aceite de oliva, nueces y pescado). Normalmente incluye un bajo consumo de carne y lácteos. Se ha demostrado que la dieta mediterránea reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y la mortalidad en general, y se cree que está asociada con un envejecimiento más saludable.